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La Metafísica de Aristoteles

La filosofía primera según Aristóteles es la ciencia de todos los principios, es la ciencia que estudia al ser en tanto que ser, al ser en sí. Tiene que ver con el estudio de los axiomas (verdades evidentes), es el punto de partida de toda ciencia. Es una ciencia universal, que funciona como base y principio de las otras ciencias. Al estudiar al ser en tanto que ser, su forma y atributos universales, la metafísica, abarca el dominio de todas las existencias.

Según Aristóteles la metafísica es la filosofía primera, y como filosofía primera es u objetivo la búsqueda de la verdad,  por ende se entiende a la metafísica como ciencia de la verdad, ya que va en busca de la verdad universal, aquella verdad que le da origen a todas las demás verdades.

Dentro del libro Aristóteles habla de los primeros principios o causas de todas las cosas, el cree que a partir de estos surge todo lo demás y sin ellos nada tendríamos.

“Evidentemente es preciso adquirir la ciencia de las causas primeras, puesto que decimos que se sabe, cuando creemos que se conoce la causa primera. Se distinguen cuatro causas. La primera es la esencia, la forma propia de cada cosa, porque lo que hace que una cosa sea, está toda entera en la noción de aquello que ella es; y la razón de ser primera es, por tanto, una causa y un principio. La segunda es la materia, el sujeto; la tercera el principio del movimiento; la cuarta, que corresponde a la precedente, es la causa final de las otras, el bien, porque el bien es el fin de toda producción.” (“Metafísica”, libro 1, 3).

Son 4:

  • La esencia, la forma propia de cada cosa. La causa formal.
  • La materia, el sujeto. La causa material.
  • Principio del movimiento. La causa eficiente.
  • Causa final de las cosas, el bien. La causa final. El orden o bien común.

Posteriormente trata los principios demostrativos los cuales no aplican de manera tan general como los primeros principios, estos principios son:

  • Principio de la no-contradicción, que indica que nada puede ser y no ser al mismo tiempo.
  • Principio de igualdad, según el cual todo es igual a sí mismo.
  • Principio de la razón suficiente y principio de causalidad, según los cuales todo lo que existe tiene una causa.

Para clasificar las cosas las denomina como sustancia, pueden llegar a ser sustancia primera o segunda:

  • Sustancia primera: ser físico/concreto individual. Ej. El ser Fernanda.
  • Sustancia segunda: géneros o especies. No existe en sí, sino en los individuos concretos. Ej. El ser mujer.

Las cosas no solamente se dividen en sustancia primera o segunda, Aristóteles creo toda una serie de categorías para clasificar las cosas, dos elementos importantes para dividirla son la esencia y el accidente que se explican a continuación:

“Accidente, se dice de lo que se encuentra en un ser y puede afirmarse con verdad, pero que no es, sin embargo, ni necesario ni ordinario… El accidente se produce, existe, pero no tiene la causa en sí mismo, y sólo existe en virtud de otra cosa.” (“Metafísica”, libro 5, 30)

“…la esencia, la forma propia de cada cosa, porque lo que hace que una cosa sea, está toda entera en la noción de aquello que ella es; la razón de ser primera es, por tanto, una causa y un principio.” (“Metafísica”, libro 1, 3)

El accidente le sucede al sujeto pero este no cambia lo que el sujeto es en sí, simplemente es como una cualidad que le llega por azar, como por ejemplo, la raza de un perro es un accidente, ya que a pesar de esta el perro sigue existiendo como tal, la esencia por otro lado es lo que hace que el sujeto sea lo que es, si le quitas la esencia deja de existir como tal.

En la Metafísica, Aristóteles nos habla de la realidad inmanente, es decir, que la realidad es algo permanente y que forma parte del ser, desmiente la realidad trascendente de Platón en el que la realidad en realidad simplemente es la idea de realidad, no forma parte real de nuestra existencia.

“Nosotros hemos consignado la dificultad relativa a las definiciones, y hemos dicho la causa de esta dificultad. Y así no tenemos necesidad de reducir de este modo todas las cosas y de suprimir la materia. Lo probable es que en algunos seres hay reunión de la materia y de la forma, en otros de la sustancia y de la cualidad. Y la comparación de que se servía ordinariamente Sócrates el joven con relación al animal, carece de exactitud. Ella nos hace salir de la realidad y da ocasión a pensar que el hombre puede existir independientemente de sus partes, como el círculo existe independientemente del bronce. Pero no hay paridad. El animal es un ser sensible y no se le puede definir sin el movimiento, por consiguiente, sin partes organizadas de cierta y determinada manera. No es la mano absolutamente hablando, la que es una parte del hombre, sino la mano capaz de realizar la obra, la mano animada; inanimada, no es una parte del hombre.”

Para Aristóteles lo real solo se puede explicar admitiendo una unión intima entre la idea y la materia física. La idea transcendente de Platón, el “eidos” (Conocemos porque tenemos la idea en nuestra mente, no por la realidad del objeto. El lenguaje matemático es el más exacto. Las ideas son lo verdaderamente real, no las cosas, que no son del todo reales), se convierte en forma inmanente junto con la materia, una sustancia, “ousía” (donde lo que “es” es la realidad y no solamente una idea de la realidad) que según Aristóteles son las realidades concretas. A este pensamiento Aristóteles lo llamó Teoría Hilemórfica.

Para Aristóteles la realidad es inmanente porque se encuentra impresa en la realidad misma, en cambio para Platón la realidad es trascendente ya que se experimenta a través de los sentidos y una vez que estas sensaciones se van la realidad desaparece como la conocemos y solo nos queda el recuerdo de dicha realidad.

Dos conceptos muy importantes en el libro son el de naturaleza y esencia:

“Naturaleza se dice en primer lugar de la generación de todo aquello que crece… luego la materia intrínseca de donde proviene lo que nace; y además el principio del primer movimiento en todo ser físico, principio interno y unido a la esencia…Se dice además naturaleza la sustancia bruta, inerte y sin acción sobre sí misma de que se compone y se forma un ser físico…se entiende también por naturaleza los elementos de las cosas naturales…Finalmente, bajo otro punto de vista, la naturaleza es la esencia de las cosas naturales.”

Para refutar la teoría de “la caverna de las ideas” de Platón, Aristóteles crea el mito del tercer hombre el cual vuelve la búsqueda de la verdad en infinita, con lo que demuestra que la teoría de Platón no es la forma de conocer la verdad.

“Por último, la demostración de la existencia de las ideas destruye lo que los partidarios de las ideas tienen más interés en sostener, que la misma existencia de las ideas. Porque resulta de aquí que no es la diada lo primero, sino el número; que lo relativo es anterior al ser en sí; y todas las contradicciones respecto de sus propios principios en que han incurrido los partidarios de la doctrina de las ideas.” (“Metafisica”, libro 1, 7)

Platón nos habla del hombre que surge como resultado de la Idea de hombre, pero esta Idea esta entendida como de carácter individual, entonces ¿a qué realidad imita la Idea de hombre?, entonces tiene que existir un tercer hombre, que explique la relación entre el hombre y la Idea de hombre, y de igual forma necesitaríamos la Idea de hombre para explicar la relación entre los hombres concreto, por lo que se vuelve  infinito, descartando así esta teoría la cual nos llevaría a un absurdo infinito.

Dentro del libro doce surge el tema de la entelequia el cual habla de la primera causa absoluta.

“Todo lo que es múltiple numéricamente tiene materia, porque cuando se trata de muchos seres, no hay otra unidad ni otra identidad entre ellos que la noción sustancial, y así se tiene la noción del hombre en general; pero Sócrates es verdaderamente uno. En cuanto a la primera esencia, no tiene materia, porque es una entelequia” (“Metafísica”, libro 12, 8)

“Entelequia o principio de acción significa para Aristóteles, que es el primero que usó la palabra, la causa formal y activa de todo lo que existe. Cuando el ser muda y cambia, realiza en sí misma cualidades que en él eran sólo posibles, pero no efectivas. El cambio es el tránsito de la posibilidad a la realidad. Es obligado reconocer en toda existencia sujeta a cambio dos principios internos: las posibilidades que implican sus potencias y la realización de estas posibilidades. El acto es verdaderamente lo que constituye el ser. El poder es lo que no tiene actualmente la forma; la materia y la forma son los nombres del poder y del acto. Pero la causa formal, el acto, es la perfección, a la cual tienden (entelequia) todas las potencias de un ser. Y lo más perfecto, el acto, es lo que produce y explica lo menos perfecto; es lo superior, que explica lo inferior; es el pensamiento acabado, la existencia efectiva, que da razón de la existencia virtual. De donde el acto puro, la entelequia, anterior a todo, es el pensamiento como el principio informador de todo lo real, en cuyo sentido llamaba Aristóteles al alma la entelequia del cuerpo y la concepción del mundo y de la realidad.” (http://www.filosofia.org/hem/dep/rco/1240005.htm)

Otros términos que utiliza para clasificar a las cosas son el género y la especie.

“Género o Raza se emplea en primer lugar para expresar la generación continua de los seres que tienen la misma forma…Tales son las diversas acepciones de la palabra género. Se aplica, pues, o a la generación continua de los seres que tienen la misma forma, o a la producción de una misma especie por un primer motor común, o a la comunidad de materia; porque lo que tiene diferencia, cualidad, es el sujeto común, es lo que llamamos la materia.” (“Metafísica”, libro 5, 28)

“La diferencia de especie es la diferencia entre una cosa y otra cosa dentro de alguna cosa que debe ser común a ambas. Y así, si un animal difiere de especie de otro ser, los dos seres son animales. Es indispensable que los seres cuya especie difiere sean del mismo género, porque llamo género a lo que constituye la unidad y la identidad de dos seres, salvas las diferencias esenciales, sea que exista en concepto de materia o de otra manera. No sólo es preciso que haya entre los dos seres comunidad genérica; no sólo deben ser dos animales, sino que es preciso que el animal sea diferente en cada uno de estos dos seres; el uno, por ejemplo, será un caballo, el otro un hombre. Por consiguiente, es el género común a seres diferentes el que se diversifica en las especies; debe ser a la vez y esencialmente este animal y aquel otro animal; se da en él el caballo y el hombre, por ejemplo. La diferencia de que se trata es necesariamente una variedad del género, porque llamo variedad a la diferencia del género que produce la diferencia de especie del género.” (“Metafísica”, libro 10, 8)

El género es mucho más universal, engloba a una categoría mucho más amplia, mientras que la especie se vuelve más específica, la especia se diversifica dentro del género.

 

Fernanda Castro

 

Novecento.

“Sing us a song, you’re the piano man”

¿Será que a pesar del trágico y nostálgico final, Novecento llega a ser una historia realmente feliz?

Novecento es la historia de un niño a quien de recién nacido lo dejan en el barco, lo encuentra un marinero y lo recibe como si fuera su hijo, a los ocho años Danny muere dejando atrás a un niño que toda su vida había vivido en un barco, que no tenía nacionalidad y no estaba registrado en ningún lugar del mundo. Al morir Danny los demás miembros de la tripulación deciden que es demasiado arriesgado tener a ese niño arriba del barco, a pesar del cariño que le habían tomado, era ilegal y no podían seguir con esa situación, deciden que en próximo puerto Novecento se bajará por primera vez y para siempre del Virginian, al llegar dos días antes de la llegada al puerto, Novecento desaparece sin dejar rastro alguno, todos se lamentan, sospechando lo peor, pero un par de días después de salir del puerto, lo vuelven a encontrar, tocando el piano, con una magnífica habilidad.

Ahí es donde comienza la leyenda de cómo Novecento llegó a ser el mejor pianista del mundo.

Dentro de la historia encontramos que la vida de Danny Boodmann T.D. Lemon Novecento está rodeada de tragedia, iniciando con el abandono de sus padres biológicos, seguido por la muerte de su Danny Boodmann, el hombre que lo cuido y lo adopto como si fuera un hijo propio, sin embargo Novecento no creció con odio, ni con rencor, era una persona fuera de serie, eso sí lo podemos asegurar pero jamás enojada con la vida.

Mi principal motivo para asegurar que Novecento es una historia feliz, es que habla de la vida de un hombre, que nunca vivió por lo que la sociedad regía, sino por lo que su corazón le dictaba, un hombre con un dote musical especial como pocos.

Novecento disfruta de la música, sabe escuchar y por ese mismo don, el don de saber escuchar se sabe transportar y se adueña de las historias de los personajes que han pasado por su vida. El con su música es capaz de transportarse a cualquier lugar del mundo y eso era lo que sucedía cada vez que se sentaba frente aquel piano para tocar su música.

Aunque no puede parecer normal una persona que jamás se ha querido bajar de un barco, hay momentos en la historia en la que comprendes que quizás y muy probablemente Novecento era más cuerdo que muchas de las personas que subían y bajaban del Virginian. Ya que él sabe la justificación de sus actos, el no necesita que los demás le digan lo que está bien o lo que está mal, porque para él la única ley que en realidad existe es la que se dicta el mismo.

A lo largo del libro podemos notar que Novecento es de un carácter sumamente inocente, casi como de un niño, es un hombre que no tiene maldad alguna, que se sorprende fácilmente. Como lo podemos notar durante el “duelo” que tiene con Jelly Roll Morton, “el inventor del jazz”. Mientras más te vas adentrando en el libro, más le vas tomando cariño a Novecento, quizás por su peculiaridad y capacidad de asombro. Pero en realidad deseas poder escucharlo tocar, escuchar esas notas inexplicables y mágicas que apenas logras imaginar en tu cabeza.

A pesar de que al final Novecento no se baja del barco a pesar de que lo van a explotar, todo el diálogo del final logra respaldar su decisión y te hace incluso apegarte más a este personaje. Aunque sufres la pérdida y te duele saber que Novecento está por morir, porque él así lo decidió, al cerrar el libro no puedes evitar sonreír, convencido de la gran persona que era Novecento y de lo feliz que fue a lo largo de su vida. Incluso sabiendo que se podía bajar del barco, respeto la decisión de que se haya quedado, esa decisión que hacen de esta historia, una gran historia.

Novecento es un libro feliz porque habla de lo fácil que puede ser la vida se dejamos de lado por un momento a todos los demás y nos atrevemos a escuchar lo que dicta nuestro corazón, nos convencemos de que es cierto y seguimos el camino que este ha impuesto para nosotros.

Fernanda Castro